Regresaste!! (Giole) [+18]

Cedrik habia demandado a Giole... Estaba en juicio en las noticias habia salido que estaba en la carcel, apague la televición y lleve las manos a mi rostro, algunas lagrimas calleron no podia hacer nada, ni mis amigos nada ya que era por Cedrik aquello, suspire un poco y me fui a la cocina a tomar algo y poder tranquilizarme, me prepare un cafe tenia un examen y debia esstudiar al menos algo me entretenia, suspire un poco y me deje caer en la silla pensando si verdaderamente estaba bien o que.

Ese juicio me tenía harto. Había durado días y días y ni ganas tenía de hablar con nadie. Sabía que preocuparía a mi chica pero, de verdad, estaba enfurecido, inconsciente de tanto coraje, no quería cruzar miradas ni palabras con ninguna persona, especialmente con el pendejo de Montague, que por poco y logra meterme al bote, si no fuera por el buen abogado del mejor bufete jurídico que conozco en París.

Me declararon inocente y levantaron cargos en su contra por maltrato físico y psicológico a Esteban y por fin pude largarme de los tribunales, no sin antes escuchar la amenaza del cabrón aquel y sin responder, tratando de no armar otro adulterio.

Tomé el corvette y me largué de la capital. Era lo que menos quería ver en ese momento, solo necesitaba paz y tranquilidad, algo para calmarme porque me enfermé incluso del enojo.

Llegué a la mansión, estacioné al fregadazo sin ver siquiera el corvette y entré a la casa.

Vi a Megan llorando, pobre, seguro era por el incidente, entonces le dije:

-Tranquila, que no lograron meterme al bote- Le dije, recargado en el marco de la puerta de la cocina.-

Escuche su voz levante la cabeza y lo mire -idiota... Que susto me diste- le dije mientras me acercaba a el y lo abrazaba -pense que no te veria en un buen tiempo- le dije y sentia como la tranquilidad llegaba de nuevo a mi, me separe un poco y lo mire a los ojos -por que estas aca? En las noticias salio que estaba en la carcel- le dije, mientras comenzaba a secarme las lagrimas pero sin alejarme de el, no lo habia visto en varios dias ni nada por el estilo.

-Influencias... Si el pendejo cree que es dueño de toda Europa, como dice él, pues está equivocado, que salí ganando yo esta vez- Le dije manteniéndola abrazada a mi y después le dije:

-Ya, ya, deja de llorar. Tan guapa que estás y te me arruinas la cara con los ojos llorados- Le dije y después la pegué más a mi, agarrándola de la cintura, solo quería verla, era lo único que me hacía olvidar las chingaderas que tuve que pasar hace unos días.

El me mantenia aferrada a el lo escuchaba y se me seguian callendo las lagrimas -pendejo idiota! Como quieres que no llore eh?- le dije mientras intentaba secar todas las lagrimas, solte un suspiro, como si para el hubiese sido como una salida y volver, me aclare un poco la garganta y mire al suelo, me acomode el cabello y seguramente empesariamos con una discucion o algo por el estilo.

La miré y giré los ojos. Lo menos que quería era discutir, entonces le dije:

-Shh- Le dije mientras cerraba su boca -ya, ya cállate- Le dije, mientras seguíamos en la misma posición. Mi yo anterior volvió a la vida.

Lo escuche y me moleste le saque la mano cuando me quiso cerrar la boca -no- le dije -no me callo nada y no me hagas callar sabes que me molesta eso- volvi a hablar aun aferrada a el, suspire -si a mi me pasara lo mismo estarias desesperado y preocupado y cuando vayas a algun lado te pregunten que carajo paso conmigo- le respondi ya que era cierto aquello, odiaba aque hiciera eso.

Me la quedé viendo. La callaba por que estaba harto de peleas y reclamos, pero, me daba flojera decirle la razón así que mientras hablaba, la acorralé contra la pared y la comencé a besar en la boca, para que así dejara de hablar.


-¿Sabes?. No puedes acusarme y decir aquello, que que sentiría yo, porque si algo te hacen o tratan de encerrarte, me los chingo a los pendejos. Ni un día pasaría sin mi mujer, aunque tuviera que descargar la pistolita unas cuantas veces.- Le dije y después, antes de que dijera algo de nuevo, volví a callarla con mis besos mientras de a poco desabrochaba los botones de su blusa.

Me acorralo contra la pared y comenzo a besarme, obiamente correspondi y entre besos le decia -Dejame...- pero tampoco queria, nos separamos y lo mire, antes de que puediera hablar me beso de nuevo, recorde la discucion tan fuerte que habiamos tenido y sonrei, me lo aleje un poco -te odio italiano- dije en todo rebelde como usaba antes cuando lo rechazaba tantas veces, lo bese de nuevo y consegui sacarle la remera, mientras que mi respiracion estaba agitada.

-Y yo a ti, por pendeja. ¿Cómo puedes creer que yo dejaría que te pasara algo así? Si Montague te hace eso, ya estuviera con una bala en la jeta en este momento- Le dije, mientras sentía que me sacaba la playera. Me quedé viéndola unos segundos y después volví a besar su boca frenéticamente, quitando su blusa y tirándola por ahí, y después bajé los tirantes de su brassier, mientras la tenía pegada a la pared, con mi mano en su abdomen para contenerla.

Lo escuche y sonrei levemente, mientras me volvia a besar desenfrenadamente, me queria mover pero no podia su mano me tenia -aah yaaa dejame- le dije mientras mordia su labio levemente, mis manos pasaban por su torso y lo acariciaban llegue a su pantalon y desabroche el cinuron y luego la bragueta, le saque el pantalon, a el se le haria facil llevaba falda asi que de un tiron la sacaria, lo segui besando

-déjame nada- Le dije, la pegué algo fuerte contra la pared debido a su resistencia y segui en la misma posición y en un santiamén le alcé la falda y entonces me pegué más a ella, tocándola en la parte de las bragas haciendo que gimiera y recorriendo mi mano desde ellas hasta el brassier, que desabroché por delante y retiré de ella.

-Todavía de que me la paso solito tantos días ahí en la congoja y tu que no me quieres besar. No seas cabrona- Le dije, entre suspiros y susurros, mientras le tocaba el busto y la besaba en el cuello, rozándome con ella accidentalmente, pero provocándonos placer a los dos, acorralados en la pared.

Me pego a la pared un poco fuerte no me queje, me beso de nuevo y me saco la falda, tocandome y comenze a gemir, desabrocho el brasier que por cierto tenia el broche adelante y comenzo a tocarme el busto, senti el roce que al instante ssenti place, el cual suspire, note que estaba la miel a un lado de nosotros destapada, sonrei y me aleje un poco de el no mucho, tome un poco con mi dedo y lo lleve a la boca sintiendo el dulce de la miel, lo miraba de manera atrevida y provocativa

Vi que se untó miel en los labios. La tomé de la cintura para acercarla de nuevo a mi y lamí sus labios para comerme el dulce de la miel y después la besé, con esa misma miel que traía en la boca, en el pecho y luego volví a quitarle la miel de la misma forma.

-Me encantas cuanto empiezas con tus jueguitos. Me prendes bien fuerte- Le dije en un susurro al oído y después besé su cuello, mientras mis manos recorrían sus piernas.

El se encargo de desparramar la miel, por mi pecho y demas, y de nuevo la quito de la misma forma que la vez pasada. Lo escuche y sonrei, aquello me encanto, unte nuevamente miel en mis dedos, y le pase por los labios, por el cuello y deje una linea por todo el torso, alli me encargue de sacarle lo dulce con mis labios, pasandole la lengua por el torso, hasta llegar a sus labios, los bese quitandole lo dulce y despues mi mano paso por ensima de la tela de su boxer en la zona del miembro.

Miraba lo que hacía y de nuevo volvió a besarme después de quitar la miel. La agarré del cabello largo que tenía y la atraje a mis labios, para besarla y rodearla de la cintura, bajando hasta las bragas y bajándolas poco a poco, pero volviéndolas a subir.

-Ya me harté de estar acá- Le dije y la cargué hasta el living. Las paredes que habían en la casa eran muy pocas, ya que todo estaba hecho de ventanales y vitrales, y la gente nos vería si pasaba frente de la mansión. Así que apreté el botón que estaba por el enorme diván para que las persianas nos ocultaran de inmediato.

La dejé acostada en el diván y También me acosté yo, ya que era bastante amplio. Sólo nos iluminaba la ténue luz dorada de la tarde entrando por las rendijas de las persianas.

Besaba su cuello y saboreaba la miel que había en su piel, -estás bien rica - Le dije y reí y continué con lo mío.

Me aferre a el y cerro todo solamente entraba una luz debil pero me encantaba me acosto ene le diván y el se acosto a mi lado, sacando los restos de miel que habia en mi cuerpo, me rei junto con el cuado me dijo aquello -vos no te quedas atras- le respondi y siguio con lo suyo, lo tome del rostro y busque sus labios, apresandolo con mis besos mis manos se metieron dentro de su boxer y acariciaban su miembro, poco a poco y cada vez aumentando mas la velosidad sin que el se despeara de mi.

Tomó mi miembro y comenzó a tocarlo y provocar que mi respiración se acelerara. Puse mis manos en su cintura y fui bajando y bajando hasta sus bragas, pero no se las quité como siempre. Hice a un lado la tela y mis manos comenzaron a jugar con ella, mientras los besos no paraban por nada del mundo.

Escuchaba los sonidos tenues que emitía y eso me hacía sentir cada vez más y mejor.

Senti como jugaba con la tela de mis bragas, su respiracion comenzaba a agitarse, solamente comenze a soltar suspiros y pequeños gemidos mordiendo su hombro, le saque el boxer por fin mente, lo bese en los labios nuevamente y ya a ártir de aqui el hacia lo que queria con mi cuerpo, lo miraba fijamente a los ojos, saque la manos de alli abajo, y comeze a hacer un tipo de presion o mas que nada friccion haciendonos dar placer.

Entre nuestros besos y miradas profundas que duraban mucho más que un instante, la rozaba, provocando sus impulsos, haciendo que entraba en ella pero sin hacerlo. Las palabras no cabían en esta escena que no las necesitaba porque ya nos envolvía completamente.

Detuve el vaivén la fricción y me dedique a verla con detalle, tocando con la punta de mis dedos su sonrisa, su nariz, el arco de sus cejas, sus mejillas y luego su cuello, y todo el torso, regresando poco a poco, para después dar cortos besos en la comisura de sus labios y en las mejillas. Mi yo anterior había vuelto, pero había veces en que la ternura ganaba, como esta.

El freno aquel movimiento, lo mire fijamente a los ojos cuando comenzo a hacer aquello, lo mire a los ojos perdiendome en elloss completamente, despues de aquello comenzo a darme besos cortos en la camisura de los labios -te amo tanto- lle dije mientras cerraba los ojos, suspire un poco y corre un poco la cara sin querer junte mis labios con los de el, amaba cuando le saltaban estos casos de ternuera, me encantaba cuando se ponia de esta manera. Lo segui besando de una forma tierna y dulce.

-Si, y ya no se disimularlo como antes lo hacía, cuando nada más te molestaba porque era la única forma de mirarte todo el tiempo. El vándalo solo vuelve de vez en cuando- Le dije con la voz muy baja, entre aquellos besos dulces, lentos y cálidos, aquellos que me reconfortaban, no que me entretenían como otro tantos que había probado, pro que jamás se sintieron igual.

Sonrei mirandolo -encerio desde la secundaria me querias Giole?- le pregunte mirandolo fijamente a los ojos, todos los recuerdos lindos y malos regresaron a mi mente, lo abraze fuerte -recuerdas ese dia que nos escapamos de la escuela solo para poder estar un rato juntos?- mencione, recordaba perfectamente ese dia, mis padres se enteraron y me querian matar, pero como era tan rebelde no me podian controlar, y contestaba feo cada vez que hablaban mal de el.

-Si, ¿como no? y por si se me quiere olvidar, ahí están las cicatrices que me hicieron. Esas cicatrices valieron la pena- Le dije y sonreí, negando, recordando las locuras que hacíamos. Después, vi por uno de los vitrales y vi el jacuzzi del jardín, eso me recordó la enorme fuente del patio de la escuela, y de la nada le dije:

-También me acuerdo cuando nos empapamos con la fuente de la escuela y que me expulsaron una semana porque el idiota de Julián fue de chismoso con el director y le dijo que hacíamos otras cosas- Le dije y sonreí, recordando que apenas y habíamos entrado a la secundaria y eramos niños aún -Por favor, digo, está bien que parezco adicto al sexo pero, a los 12 años aún no lo era, sólo quería jugar un rato ¿cómo pudo difamarme así? Ay, ya ni me quiero acordar de ese pendejo porque me da dolor de cabeza. exclamé, empezando de chocoso, hasta sonando cómico, como cada vez que me acordaba de ese odioso.

Mire las cicatrices y suspire pase mi dedo por aquellas sin decir nada, tambien recordando el dia que el me habia llevado al lugar aquel que solo nosotros dos sabiamos, sonrei al recorda tambien aquello cuando nos empapabamos y de vez en cuando nos terminabamos abrazados a pesar de que nos llevamos como perros y gatos -maldito Julian, como lo odio siempre lo odie, solo sali con por que mis padres me lo pidieron- le dije y re -aparte, con 12 años... Ni siquiera habia dado mi primer beso, era muy inocente todabia- me rei mirandolo -creo que empece a los 16... Vos?- dije refiriendome a lo del sexo ya que aquello no sabia de el.